Cuando se les ofrece la oportunidad de viajar a un lugar lejano, la mayoría de las personas probablemente se centran únicamente en la oportunidad de escaparse, relajarse, descansar y divertirse. Aunque todas las razones mencionadas para estar entusiasmado con unas vacaciones son totalmente comprensibles y razonables, ya que la cultura empresarial es muy agotadora para la mente y el cuerpo de un empleado, no hay que subestimar otra característica adicional de viajar a un lugar exótico: sumergirse en una cultura totalmente nueva y extranjera.
La oportunidad de conocer una cultura distinta a la propia es simplemente otra ventaja añadida de utilizar los viajes de incentivos como herramienta de motivación para que los empleados trabajen mucho mejor con el fin de ganar lo que puede convertirse literalmente en la oportunidad de su vida.
Brasil, conocido principalmente como destino tropical por sus bellos y pintorescos paisajes, alberga también un gran número de ciudades históricas, y muchas de ellas cuentan la trayectoria de la sociedad brasileña en sus aspectos urbanísticos y arquitectónicos.
Algunos momentos de la historia fueron decisivos para la producción de monumentos y ciudades que hoy conserva el gobierno brasileño. Entre los siglos XVI y XVIII, el control y la defensa del territorio, junto con la producción de riquezas agrícolas y minerales, dibujaron el mapa de la ocupación del país y produjeron monumentos y complejos excepcionales.
¿Qué es una ciudad histórica?
Las ciudades históricas son asentamientos humanos activos fuertemente condicionados por una estructura física originada en el pasado y reconocible por representar la evolución de sus gentes.
En otras palabras, son lugares que guardan recuerdos de un pueblo en sus edificios históricos, como iglesias, mansiones, museos, calles y plazas. Sólo paseando por ellas es posible entender cómo era la vida de aquellas gentes, sus costumbres y rutinas diarias. Algunas de estas ciudades están consideradas por la UNESCO Patrimonio Histórico y Cultural de la Humanidad y no pueden ser demolidas ni modificadas.
He aquí 4 importantes ciudades históricas que merece la pena visitar cuando planifique su viaje de incentivos.
Olinda, Pernambuco
Olinda, a sólo 7 km de Recife, es conocida por sus fiestas de carnaval, principalmente por los icónicos y divertidos muñecos gigantes, los Bonecos de Olinda que desfilan en Carnaval. Pero no sólo de fiesta vive la ciudad. Fundada en 1535, Olinda fue una región muy desarrollada del nordeste brasileño y escenario de varios acontecimientos en la época colonial.
Esta histórica ciudad de Pernambuco fue la primera ciudad brasileña elegida Capital Brasileña de la Cultura en 2006. Declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco en 1982 y designada Monumento Nacional por una Ley Federal brasileña en 1980, Olinda encierra innumerables riquezas artísticas y culturales, desde los magníficos edificios de estilo colonial hasta los famosos bailes y blocos del Carnaval.
La historia de la ciudad sigue contándose a través de capillas, iglesias, mansiones y jardines que se conservan del siglo XVII. Incluso el Centro Histórico de Olinda está considerado Patrimonio Histórico y Cultural de la Humanidad por la UNESCO.
Con su trazado irregular, sus edificios monumentales erigidos en lo alto de las colinas que dominan el verde mar y sus casas serpenteando en las laderas, Olinda es un magnífico ejemplo de urbanismo informal, típico de la colonización portuguesa en Brasil.
Principales atracciones históricas de Olinda:
- Basílica de São Bento, que ostenta un altar recubierto con 28 kg de oro;
- Convento de São Francisco, que alberga la Iglesia de Nossa Senhora das Neves y tres capillas de estilo barroco;
- Iglesia de la Sé, la postal de la ciudad;
- Museo de Arte Contemporáneo, construido en 1765 para albergar a los prisioneros de la Inquisición.
Salvador, Bahía
Salvador, que fue sede de la administración en la época colonial, no podía faltar en ninguna lista de ciudades históricas de Brasil. Fundada por el portugués Tomé de Sousa en 1549, recibió el nombre de "São Salvador da Bahia de Todos os Santos".
El conjunto arquitectónico, paisajístico y urbano contenido en el centro histórico de Salvador, es uno de los ejemplos más importantes del urbanismo portugués de ultramar, implantado en dos niveles: las funciones administrativas y residenciales en la parte superior, y el puerto y el comercio en el frente marítimo. Aliado a una topografía única, el paisaje de la ciudad está formado básicamente por edificios de los siglos XVI al XIX, en los que aún destacan conjuntos monumentales de arquitectura religiosa, civil y militar.
Actualmente, la capital de Bahía conserva muchas obras y patrimonio de la época colonial. Además, tiene una fuerte influencia de la cultura africana en su religión y fiestas. La ciudad alberga uno de los lugares históricos más famosos de Brasil, el Pelourinho. un barrio cuyo conjunto arquitectónico fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
En medio de las laderas de piedra, hay templos católicos como la Igreja de São Francisco, una bella obra barroca, y también mansiones que quedan del siglo XVIII, que ahora son museos, restaurantes, candomble terreirosetc.
Ouro Preto , Minas Gerais
Cuando se habla de lugares históricos que visitar en Brasil, es probable que Minas Gerais sea una de las primeras opciones que vengan a la mente. Y está justificado: Ouro Preto, por ejemplo, posee la mayor y más importante colección de arquitectura y arte de la época colonial del país. Pasear por sus numerosas cuestas y callejuelas es realmente como viajar en el tiempo.
Una de las primeras ciudades brasileñas incluidas en la lista del IPHAN, en 1938, y la primera ciudad brasileña en recibir el título de Patrimonio Cultural de la Humanidad, conferido por la Unesco, en 1980, la ciudad desempeña un papel importante en la historia de Brasil: etapa de la Inconfidência MineiraAntiguamente fue la capital del estado de Minas Gerais y fue muy popular durante la época de la exploración del oro.
Su trazado urbano colonial permanece intacto y lo mismo ocurre con los ejemplos más expresivos de arquitectura religiosa y civil, y sus obras de arte conservadas. Entre el patrimonio protegido destaca la iglesia de São Francisco de Assis (considerada una obra maestra). Destacan también las iglesias de Nossa Sra. do Pilar, Conceição y Carmo, el paisaje de sus laderas de piedra, y las casas blancas con sus tejas de barro y marcos de ventanas de colores.
Manaus , Amazonas
La mayoría de los viajeros que llegan a Manaos cada año lo hacen para conocer la exuberante fauna y flora de la selva amazónica. Sin embargo, la capital de Amazonas es mucho más que una puerta para descubrir la selva.
Manaos fue fundada en el siglo XVII para demostrar el dominio portugués en la región amazónica, considerada una posición estratégica en territorio brasileño. Y desempeñó un papel importante en la economía brasileña entre los siglos XIX y XX, durante el Ciclo del Caucho. En esta época, la ciudad era conocida como la "París de los trópicos", gracias al lujo de su arquitectura de inspiración europea, atrayendo inversiones extranjeras e inmigrantes de todo el mundo.
El mayor símbolo de la opulencia de aquella época es, sin duda, el Teatro Amazonas, inaugurado en 1896 y aún en activo. Construido en estilo renacentista, con un proyecto elegido por el Instituto Portugués de Ingeniería y Arquitectura de Lisboa, el edificio fue diseñado para que la capital de Amazonas pudiera tener un teatro de ópera digno del poder de la élite de la época.
Otras valiosas atracciones históricas de la ciudad son la Iglesia de São Sebastião, que combina estilos gótico y neoclásico; el Mercado Municipal Adolpho Lisboa, inaugurado en 1883; y el Palacio de Río Negro, que perteneció a uno de los barones del caucho más ricos de Manaos.
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